Desde el año 2008 nuestra entidad también comenzó a realizar una reflexión sobre otra de las dimensiones más duras de la vulnerabilidad social: la exclusión financiera.
La mayoría de los colectivos con los que trabajamos poseen, entre otros, un aspecto común: baja liquidez económica a la hora de hacer frente a cuestiones tan básicas como la compra de electrodomésticos, materiales escolares, consultas de odontólogos, etc.
Debido a esto han de acudir a sistemas de financiación que terminan encareciendo el producto que necesitan. De aquí solo podíamos sacar dos pensamientos claros:
Financiación a 0% de intereses, de pequeñas inversiones que las personas usuarias de nuestros programas de inserción y protección laboral necesitaban realizar, de los cuales van dirigidos a sufragar gastos de: